Mi esposo me engañó, ¿qué debo hacer?

Tengo 25 años y estoy casada. Tengo 2 hijos y el problema es que mi esposo me engañó con una muchacha de 16. El dice que ya no tiene nada con ella y que por favor trate yo de pelear menos con él. Dice que ésa es la razón por la que nunca anda en la casa, porque no quiere pelear más conmigo.

Quiere que cambie, que según él no quiere divorciarse de mí, pues yo ya le plantee el divorcio. Le soy sincera, tengo mucho resentimiento en mi corazón y por más que no quiero reclamarle siempre termino haciéndolo.

El dice que soy yo quien lo induce a engañarme porque siempre creo que cuando sale es a verse con esa muchacha. La verdad, no quiero divorciarme pero tampoco quiero seguir viviendo este infierno de inseguridad.

Respuesta

Quizás por tu juventud y falta de experiencia has cometido varios errores y vamos a hablar un poco de ellos. Primero, tu esposo podría tener algo de razón al decir que el exceso de cantaleta lo ha alejado del hogar. Esa no es manera de mantener viva la llama del amor.

Por el contrario, debe haber entendimiento, comprensión, cariño, cambios agradables para combatir la rutina y por encima de todo, mucho diálogo sincero. Con reproches, críticas y peleas tan solo se consigue distanciar al ser amado. Por supuesto, todo esto debe ser de parte y parte.

En la situación en que estás, con una traición y mucho resentimiento de por medio, quizás sea difícil proponerte un cambio, pero es parte de lo que tendrás que hacer si quieres rescatar el terreno perdido.

No creas que estoy justificando la actuación de tu esposo, de ninguna manera, el hecho de que su esposa lo recrimine, lo reproche o cantaletee, no justifica, nunca, el adulterio.

Y, peor aún, aunque no lo dices en tu carta, si él ha tenido relaciones sexuales con esa muchacha, está cometiendo un serio delito, violación de menores, que es severamente castigado. Esto último podrías hacérselo ver, pero jamás, presta atención … jamás debes usarlo como mecanismo de amenaza contra él porque no te conduciría a nada. No puedes retener a tu esposo con amenazas.

Y justamente la última frase del párrafo anterior me da base para comentarte tu otro error. No puedes amenazar con el divorcio si no estás dispuesta a llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Es un grave error porque estás dando pie para que jueguen contigo, con tu debilidad. Si no quieres o no pretendes divorciarte, simplemente no lo menciones.

La justificación de él para engañarte es, de todas maneras, infantil, odiosa, inmadura e infame. No puede echarte la culpa de sus propios pecados. El tiene el deber de pedirte perdón y comprometerse a borrar esa mancha si desea conservarte. Pero depende en gran parte de ti.

La cosa es muy clara. Y por lo que veo, te quedan tres opciones, incluyendo la más irónica e insensata:

1. Te separas de él porque tu resentimiento es mayor que tu capacidad de perdón, y cada uno hace su vida por su lado, con todas las consecuencias malas o buenas que ello conlleva.
2. Lo perdonas y llegas a un acuerdo de vida más segura y de confianza con él, porque tu amor es mayor que tu resentimiento y estás dispuesta a perdonar y darle una segunda oportunidad.
3. Aceptas que las cosas sigan como están ahora, te haces la desentendida y permites que el infierno siga aumentando la temperatura hasta que algún día estalle de alguna forma.

Una alternativa temporal es separarse por un tiempo para que ambos se den una oportunidad y él se convenza si su vida está al lado de su esposa e hijos o manteniendo una aventura con una chiquilla irresponsable que no mide las consecuencias de sus actos.

Dialoga, dialoga mucho y cuídate al máximo de reproches y ofensas aunque te revientes por dentro. No le des armas para justificar su falta. Y si ves que no hay remedio, que va a seguir jugando contigo, toma decisiones severas. Te dolerá mucho ahora pero es preferible a quemarse en el infierno.