Me casé con un hombre que tiene 50 años. Lo quiero pero no soy feliz. Me mantiene controlada, no me deja trabajar. Casi todos los días siento depresión. Tenemos un niño de 29 meses y no quiero que él llegue a sufrir por estar lejos de su padre.
El ha tenido varios matrimonios y no han funcionado. Tengo 22 años y no he disfrutado mi juventud . No quiero que me controlen más. Quisiera hacer lo que yo quiera, vivir mi vida pero él no me deja. Me dice que si quiero trabajar que mejor se divorcia de mi.
Respuesta
En realidad existen muchos casos como el tuyo, es decir, de mujeres casadas con hombres mucho mayores que ellas, en las cuales se encuentra como un factor común que ellos las tratan más con un sentimiento de protección paternal que como esposos con igualdad de derechos y responsabilidades compartidas que es como debe ser el matrimonio.
Tu esposo te dobla y más en edad. Y como se les ha dicho a otras mujeres en idéntica circunstancias, en realidad el amor no tiene límites de edad. Pero cuando el hombre asume un papel casi de padre frente a su esposa, los problemas comienzan y generalmente casi desde el momento mismo del matrimonio.
Tu situación es un poco más compleja y debes analizarla bien para sacar conclusiones y tomar decisiones, ojalá pronto. Veamos:
- Eres demasiado joven y dices no haber disfrutado tu juventud. La pregunta es si por querer rodear a tu hijo del amor del padre estás dispuesta a sacrificar lo que te queda de juventud y quizás el resto de tus días. Decir «lo quiero» no es suficiente. A un esposo se le ama y no parece ser ese el sentimiento que tienes por él.
- Dices que él ha tenido varios matrimonios y no le han funcionado. Casi que estás sugiriendo que el matrimonio contigo es un fracaso más.
- Si cometiste un error del cual estás arrepentida y tienes que pedir perdón por él, a tu mismo esposo, a tus padres, algún día a tu propio hijo quizás, no temas por ello. Vivimos en un mundo donde cometemos errores todos los días. Lo importante es enmendarlos, corregir y no seguir en ellos porque la tendencia es que van a volverse más serios, más graves y solucionarlos será cada vez más difícil.
- Si lo amas y quieres luchar por tu matrimonio, debes dialogar con él.
- Exponerle tus inquietudes y no pedirle sino exigirle que confíe en ti, que te valore como esposa y como mujer y que te permita desarrollar tus capacidades estudiando, trabajando o con lo que desees.
- También puedes proponerle el daros un tiempo y vivir separados unos días para comprobar hasta qué grado existe el amor de parte y parte y hasta dónde, al reunirse de nuevo, ambos estáis dispuestos a ceder o entregar.
- No es justo, ni aceptable que el esposo amenace con divorcio a la mujer por el solo hecho de que ella quiera trabajar. Eso representa inseguridad, desconfianza y un atentado contra la libertad humana. Tampoco debe ser motivo para que en la mujer surjan temores.
- Haz un balance de lo que sería tu futuro y el de tu hijo al lado de tu esposo y lo que sería sin él. Como ejercicio piensa cómo lo verás dentro de un año, dentro de 2, 5 o 10.
La decisión deberá ser tuya. Sea cual fuere deberás prepararla con mucho cuidado, evitando al máximo herir los sentimientos de otras personas afectadas.