El llanto es el mecanismo más útil que tiene un bebé. Es su manera de sobrevivir, de pedir comida, descanso y ayuda. Pero además, es la forma de regular su equilibrio interno, de relajarse y de poder enfrentarse al mundo que le rodea.
«Llorar es normal y propio de la infancia. Es la única manera que tiene el chiquitín de comunicarse. Hay niños que lloran para llamar la atención, que están todo el día tranquilos y en cuanto llega su madre no dejan de llorar», dice la doctora Amaya Belanger Quintana, pediatra del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, España.
De acuerdo con la Crying Baby Clinic de la Universidad Farleigh Dickinson, a las seis semanas el bebé llora el 30 por ciento del tiempo que está despierto, es decir, cerca de 2.7 horas. A las 12 semanas reduce el llanto a una hora del día.
El motivo del lloro, sin embargo, no siempre es obvio. Hay veces en que el niño llora de manera inconsolable. Es inútil cargarlo en brazos, darle un biberón o cambiarle el pañal. Nada parece aliviarlo.
En estos casos los pediatras consideran que el llanto es su forma de liberar energía para poder relajarse. Es común que después de uno de estos episodios, el niño parezca tranquilo y más alerta que antes.
Los otros motivos
Pero ese llorar continuo que llega a ser insoportable y que eriza los nervios a cualquiera puede ser provocado por cólicos. Aunque se desconoce a qué responden, los pediatras los han vinculado con una sensibilidad excesiva a la dieta materna, en el caso de bebés amamantados, o a los gases que produce el biberón.
El único consuelo para los padres es que desaparecen alrededor de los tres meses, un período que se hace eterno cuando un niño berrea.
«El llanto del cólico lactante es angustioso. Los niños se ponen colorados y se encogen. Suele aparecer a últimas horas de la tarde y dura hasta tres horas seguidas. Pero aparte de esto, el niño es sano, come bien y no tiene fiebre. Para los padres, lo único que les decimos es que no se desesperen», indica Belanger Quintana.
Reconocer el llanto
La madre es capaz de reconocer, en poco tiempo, los diferentes tipos de lloros y atender al bebé. La Academia Americana de Pediatría (AAP) describe el llanto de un pequeño hambriento como corto, rítmico y grave.
El llanto de furia lo califica de turbulento; el de dolor de agudo y largo; el de enfermedad como un quejido débil y nasal; el de cansancio como un quejido también nasal que se intensifica gradualmente; y el de aburrimiento como un quejido.
En los primeros meses se debe responder rápidamente al llanto infantil. Un bebé recién nacido no puede ser malcriado y es demasiado pequeño para manipular con lágrimas para conseguir algo.
Es importante que, por el contrario, el pequeño se sienta protegido, que sepa que usted está ahí en todo momento para cuidarlo. Si tarda mucho en ayudarlo, el bebé puede ponerse histérico.
«Las madres conocen bien a sus hijos. Hay niños que lloran más que otros. Un niño que no llora mucho y que de repente lo hace sin consuelo puede tener un cólico o una otitis. Yo recomiendo siempre llevarlo al médico la primera vez que tenga un episodio de llanto», agrega Belanger Quintana.
Mantenga la calma
Recuerde que cuanto más relajada permanezca la madre más rápidamente se calmará el pequeño. Los bebés son muy sensibles a la tensión que existe a su alrededor.
Si cree que no puede aguantar un berreo continuo es recomendable que abandone la casa y deje al niño al cuidado de alguien, de lo contrario no hará sino empeorar la situación. Nunca se tome el llanto como algo personal y jamás agite al pequeño.
La AAP advierte que podría provocarle una lesión cerebral, ceguera o incluso la muerte.
Cómo consolarlo
- Intente averiguar la razón del lloro. Cámbiele el pañal si es necesario, déle de comer o intente dormirlo.
- Mézalo en los brazos o en una mecedora. A veces son muy útiles los columpios infantiles.
- Acarícielo.
- A los más pequeños les tranquiliza sentirse fuertemente arropados.
- Cántele, háblele o póngale música.
- Sáquele los gases golpeando suavemente la espalda.
- Déle algo para chupar.
- Si todo falla, intente darle un paseo en carro o un baño caliente.
- A veces, lo único que puede hacer es dejarlo solo: algunos bebés necesitan llorar para dormirse y en estos casos el pequeño suele estar tan cansado que se duerme en pocos minutos.
- Si alguna vez el lloro suena diferente, parece indicar dolor o persiste de manera no habitual, podría tratarse de un problema médico. Tómele la temperatura y consulte al pediatra.