El trastorno bipolar, se caracteriza por cambios en el estado de ánimo. Las personas pueden tener episodios maníacos, depresivos, o “mixtos”. Un episodio mixto incluye síntomas tanto maníacos como depresivos.
Básicamente, estos episodios anímicos pueden durar una semana o dos y a veces más.
Síntomas del episodio maniaco
- Aumento de energía, actividad, inquietud, pensamientos rápidos y el hablar rápido.
- Sentirse muy nerviosos o alterados/ansiosos.
- Negación de que existe algún problema.
- Sentimientos excesivamente de alta autoestima o eufóricos. La persona se siente grandiosa y nada, incluyendo malas noticias o eventos trágicos, puede cambiar dicha felicidad.
- Irritabilidad extrema y fácil distracción.
- Sentirse muy alegres o animados.
- Tener problemas para relajarse o dormir.
- Creerse capaz de hacer muchas cosas a la vez y estar más activos de lo común.
- Hacer cosas arriesgadas, como gastar mucho dinero o tener sexo sin cuidado alguno.
- Dificultad para dormir, la persona puede durar por días sin dormir, o sin sentirse cansado(a).
- Comportamiento entrometido o agresivo.
- Acciones imprudentes y de carencia de autocontrol, como consumir alcohol, usar drogas, tener relaciones sexuales con muchas parejas, apostar y hacer gastos exagerados.
- La persona puede experimentar sentimientos de confianza exagerada y de optimismo sin fundación.
- Falta de juicio que está fuera de la realidad, la persona puede hacer decisiones malas las cuales pueden llevarle a una falsa participación en actividades, reuniones y metas, manejar un auto sin saber hacía donde va, gastos incontrolables y malas aventuras de negocios.
Síntomas del episodio depresivo
- Sentirse muy “deprimidos” o tristes. Animo persistente de tristeza, ansiedad o de soledad.
- Sentirse preocupados y vacíos. Sentimientos de minusvalía, desesperanza o culpa.
- Sentimientos de desesperanza o pesimismo de culpabilidad, desvalorización, o impotencia.
- Olvidarse de las cosas. Dificultad en la concentración, acordándose, o de hacer decisiones.
- Perder el interés en actividades divertidas y volverse menos activos y en actividades ordinarias, incluyendo el sexo.
- Sentirse cansados o sin energía, un sentimiento de fatiga o de siendo más lento.
- Problemas de consumo de alimentos como falta de apetito y pérdida de peso o consumo exagerado de alimentos y aumento de peso.
- Tener dificultad para dormir.
- Pensar en la muerte o el suicidio.
- Inquietud e irritabilidad.
- Tristeza o estado de ánimo deprimido diariamente.
- Dolor crónico u otros síntomas del cuerpo persistentes los cuales no son causados por enfermedades físicas.