En la cotidianidad es bastante común escuchar hablar de la placenta previa, pero ¿sabes qué es?
El primero dato que te daremos es que cada una de doscientas mujeres es diagnosticada con placenta previa a lo largo de su embarazo y si bien es una anomalía médica, también es verdad que este problema puede ser tratado.
El segundo dato que te daremos es que la placenta previa está definida como la placenta que se adhiere al útero en la zona del cuello uterino o en la abertura del útero.
Existen tres tipos de placenta previa:
Placenta previa parcial
La placenta cubre parte de la abertura cervical.
Placenta previa marginal
En este caso la placenta se localiza en el borde del cérvix.
Placenta previa total
Ocurre cuando la placenta cubre en la totalidad el cérvix.
Un problema de cuidado
Como te contamos anteriormente, la placenta previa ocurre, cuando la placenta se ubica en la zona del cuello uterino y esto puede acarrear diversos síntomas como:
- Cólicos abdominales sin motivo.
- Sangrado vaginal sin causa aparente y sin dolor alguno. Dicho sangrado puede aparecer desde el segundo mes de embarazo y puede llegar a ser moderado (para por sí mismo) o grave (requiere atención médica).
No obstante, la placenta previa es un problema que es detectado con facilidad, ya que esta afección es visible a través de un ecosonograma y una vez detectado se pueden tomar medidas que reduzcan los riesgo que acarrea la misma.
La recomendación para las mujeres que han sido diagnosticadas con placenta previa son: reducir la actividad física, guardar reposo en caso, no hacer trabajos con la pelvis y abstenerse de tener relaciones sexuales.
La placenta previa es un problema del embarazo, que con control y cuidado podrá ser superado, llevando a buen término la gestación.