Entrenar al cerebro podría curar la dislexia

Entre un 5% y un 17% de los niños en edad escolar son disléxicos. De ahí la razón de por qué los especialistas están en una intensa búsqueda para dar con nuevos y efectivos tratamientos para mejorar este trastorno de la lectura.

Una investigación, publicada hace algunos años en la revista Proceedings of the Natural Academy of Sciences, entrega novedosas pautas para tratar la dislexia.

El estudio, a cargo de la Universidad de Stanford, usó el examen de resonancia magnética para observar en imágenes las áreas del cerebro que se activan mientras se está realizando una tarea mental.

Entrenar al cerebro podría curar la dislexia

A ocho pacientes adultos con dislexia y a diez personas sin ningún problema de aprendizaje, se les hizo escuchar sonidos que eran rápidamente cambiantes y que simulaban la formulación de los sonidos involucrados en el lenguaje hablado.

Luego, a los sujetos sin problemas se les expuso a sonidos lentamente cambiantes y se pudo ver que en una parte específica del cerebro su actividad aumentó.

Tras constatar esto, a tres de los disléxicos se les diseñó un programa de entrenamiento intensivo que involucró los dos tipos de sonidos. En dos de ellos fue posible observar un aumento significativo de la actividad en la misma área cerebral que mostraron los sujetos sanos. Además, mejoraron los resultados en las pruebas que se les hizo de comprensión del discurso hablado. En el tercer paciente no se vio ningún cambio.

Los investigadores dicen que su estudio ayudaría a identificar qué parte del cerebro es protagonista para aprender a leer eficazmente y así poder entrenar a los adultos con dislexia para que utilicen esa área de mejor forma.

En un futuro próximo se usará la resonancia magnética, junto a tests psicológicos para encontrar diferentes grupos de disléxicos, cada uno con diferentes y únicos modelos de actividad cerebral y de esa manera ver la respuesta a tipos distintos de entrenamientos.

El oído es el culpable

Esta investigación es un importante avance, porque la dislexia no es sólo un desorden que estorba un buen desempeño en la escuela, sino que en la adultez el éxito laboral se ve restringido al no ser tratada.

Aunque muchos piensen que este trastorno tiene relación sólo con la lectura, su causa se encuentra en el discurso hablado. En realidad, el origen es una alteración del oído interno (encargado del equilibrio y la coordinación), que manda señales distorsionadas al cerebro.

“Es un problema de aprendizaje por deficiencia auditiva. Para comprender lo que se lee, necesariamente las palabras deben ser traducidas a sonido. Si nunca los mensajes sonoros se han integrado bien, el disléxico interpreta todo en su vida de una manera distorsionada”, explica Fernando Nuñez, músico terapeuta del Centro Tomatis Chile, institución dedicada al tratamiento de la dislexia.

En realidad, el ojo sólo es el encargado de recoger lo que se debe escuchar. Esto explica por qué los pequeños cuando aprenden a leer, como también algunos adultos, necesitan mover los labios silenciosamente.

“Incluso, el disléxico no sólo lo es en el trabajo o en la escuela, sino que lo es en todos los aspectos de la vida, desde la postura corporal hasta su forma de relacionarse con los demás”, concluye el especialista.


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