Dormir bien es algo absolutamente primordial. Se trata de una de las condiciones necesarias para mantener una buena forma, intelectual y física.
Por el contrario, dormir mal, es ponerse en riesgo, incluso producirse un gran daño a nivel moral.
Cuando llegan las vacaciones, un momento muy agradable en la vida de cualquier persona que trabaja, esta puede convertirse en algo estresante. Por esta razón, dormir bien es una prioridad. Veamos algunos consejos para mantener una buena higiene del sueño.
Un tiempo para dormir
La clave del sueño no está en contar ovejas, eso es una rutina.
Hay que enviar al cuerpo señales que expliciten que ha llegado la hora de dormir. Para ello, hay que definir una hora para acostarse, y una hora antes, por ejemplo, empezar a realizar actividades más tranquilas. Ponerse el pijama, leer, etcétera.
De esta forma, se envían las señales correctas y se prepara la cabeza y el cuerpo para el sueño.
Por supuesto, no se controla la hora de dormirse. Por el contrario, se controla la hora de levantarse. Por tanto hay que definir una hora para levantarse, y mantenerla, independientemente del número de horas que se hayan dormido durante la noche. De esta forma, se instala una rutina, y se evita una desorganización completa del ciclo del sueño. Más información: http://dormir-bien-ya.com.
Evitar la frustración
Si tras 20 ó 30 minutos, no se consigue dormir y se siente frustración, hay que abandonar el dormitorio para no aumentar el nivel de frustración. Salir de la cama, beber una tisana, hacer actividades tranquilas hasta que el sueño vuelva.
En cuanto a la habitación, esta debe ser acogedora, con una temperatura entre los 18 y 20 grados. Sobre todo, no debe ir asociada a la frustración y al insomnio. Es necesario que sea un lugar tranquilo, lejos de las tensiones de la casa. Esto favorece el sueño.
La siesta
Otra cuestión que muchos se plantean es la de la siesta. Una siesta para recuperar puede ser útil. No obstante, es necesario establecer algunas condiciones.
La siesta debe realizarse poco después de haber comido, y tan solo durar entre 30 a 60 minutos. Si se alarga mucho más, es posible que provoque un desarreglo del sueño nocturno.