La calefacción también nos puede hacer ahorrar.
Con el frío llega la calefacción a todas horas y los aumentos en las facturas de gas. Pero los gastos pueden reducirse si controlamos mejor nuestro consumo.
No se trata de pasar los inviernos congelados sino de poner en práctica algunos consejos que nos ayudarán a ahorrar.
Baja la calefacción al salir de casa
Si estaremos fuera por algunas horas, lo ideal es apagar la calefacción. Cuando regreses, debes ventilar la casa por unos 10 o 15 minutos y encenderla, sólo serán unos minutos hasta que la habitación comience a calentarse y habrás ahorrado unos cuantos euros.
Pero si quieres mantener el ambiente cálido para cuando regreses puedes dejar el termostato en 15º y eso será suficiente para mantener la temperatura adecuada.
Abrígate dentro de casa y ahorra en calefacción
Tener calefacción dentro de casa no significa recrear un verano en nuestro hogar. Mantener la temperatura muy alta no es bueno para el bolsillo pero tampoco para la salud.
Podemos mantener una temperatura templada (entre 19º y 21º) y utilizar un sweater fino. Así gastaremos menos y no pasaremos frío. A medida que aumentas la temperatura, el gasto se incrementa en un 5% o más por grado que subes.
Es necesario ventilar las habitaciones, mantener una ventana ligeramente abierta o apagar la calefacción cada cierta hora para que el aire se renueve.
Si has dejado la calefacción encendida durante la noche, es conveniente que abras las ventanas durante la mañana durante unos 10 minutos.
Apaga la calefacción por las noches
Es posible mantener el calor durante la noche si estamos correctamente abrigados en la cama, por eso, podemos prescindir de la calefacción antes de ir a dormir y aún así estar cómodos. Lo ideal es bajar la temperatura una hora antes de acostarnos y apagarla al momento de meternos en la cama.
De esta forma ahorraremos mucho y, si estamos abrigados, no deberíamos sentirnos incómodos. En caso de pasar frío, podemos optar por algunas alternativas como calentar las mantas o la ropa de cama con la plancha, tener al alcance varias mantas para utilizar a medida que sintamos frío, etc.
Los días más fríos se puede mantener la temperatura en torno a los 15º durante toda la noche. Con eso es suficiente para que el ambiente se preserve templado hasta la mañana siguiente.
Es ideal que la temperatura no sea tan alta como para sentir calor dentro de casa, ya que con un clima templado y un ligero abrigo podemos dormir perfectamente.