La pandemia del asbesto en México

Aunque que el mesotelioma no es un problema de salud pública que pueda compararse con la diabetes o la obesidad, es un tipo de cáncer fulminante y costoso que nace de la exposición al asbesto y que, a decir de los expertos, presenta, junto con la asbestosis y el cáncer de pulmón asociado al asbesto, el comportamiento inicial de una pandemia, toda vez que su incidencia ya se sale de la frecuencia con la que se presentaba.

Las perspectivas no son positivas: México es uno de los principales importadores de asbesto y las normas sobre su control sanitario no son un tema que ocupe a las autoridades correspondientes ni a los legisladores.

La pandemia del asbesto en México

El mesotelioma es un cáncer de los más agresivos que existen y está relacionado con la exposición a la fibra de asbesto o crisotilo. “Existen otras causas pero son muy raras, dice Rogelio Pérez Padilla, director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). Afirma que “hoy esta enfermedad se vuelve más común”.

Y es que México es uno de los principales importadores de esta fibra que ocupa a nivel mundial el 95 por ciento del mercado (existen otros tipos de asbesto, como el anfibol). A pesar de la recurrencia de los casos y de que importamos cantidades importantes de este material, no ha sido un tema que ocupe a las autoridades sanitarias o los legisladores en materia de salud.

El propio Genaro Borrego Estrada, senador de la Comisión de Salud y Seguridad Social de la Cámara de Senadores, declaró, en 2005, “no tener la menor idea” sobre lo que hacía el asbesto a nuestro país, a pesar de que en aquella época ya se sabía que era un peligro latente y que sólo era cuestión de tiempo para que se volviera un problema real para los sistemas de salud.

Hoy, el índice del mesotelioma a causa del asbesto presenta un franco crecimiento, pero los legisladores siguen sin tener la menor idea. Los 29 diputados que NS contactó en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados omitieron declarar sobre este tema; sólo Janitzio Guzmán, secretario particular del diputado Marco Antonio García Ayala, descalificó la importancia del problema, ya que “existen otros temas que tienen mayor impacto”.

Lo cierto es que los índices de recurrencia de enfermedades por asbesto, mesotelioma, asbestosis y cáncer de pulmón “tienen un comportamiento muy similar a la pandemia por estas enfermedades que sufren actualmente Italia Francia e Inglaterra”, explica a NS la doctora Guadalupe Aguilar Madrid, investigadora de la Unidad de Investigación de Salud en el Trabajo del Centro Médico Nacional Siglo XXI.

La investigadora puntualiza que en estas naciones de Europa se registran “hasta 3 mil casos por mesotelioma. En México, la tasa de crecimiento del mesotelioma ha crecido, desde 1979, de 23 casos a 153 por año. Pero existe un subregistro del 70 por ciento de casos que nos hace pensar que hay en promedio 500 casos por año”.

A nivel mundial, la Organización Internacional del Trabajo calcula que han ocurrido cerca de 140 mil muertes por cáncer relacionado al asbesto (o amianto, como también se le conoce) y que 125 millones de personas tienen relación con esta fibra en su trabajo, donde las normas no se cumplen para su manejo seguro.

“México tiene miles de trabajadores que no saben qué están manipulando, porque las instrucciones y el contenido vienen en inglés. Aquí se está violando claramente la norma sobre etiquetados. Tampoco se les capacita para manipular sus uniformes donde quedan atrapadas miles de fibras. En el peor de los casos, es en sus hogares donde se lava la ropa de trabajo y es la familia del trabajador quién queda expuesta”, dice Guadalupe Aguilar.

De esta manera, queda en riesgo un número mayor de personas porque “no existe nivel seguro de exposición al asbesto. Con exposiciones muy cortas, hay posibilidades de desarrollar mesotelioma”, informa el doctor Aguilar.

Estos motivos fueron suficientes para que más de 50 países prohibieran el asbesto. Sin embargo, además de importarlo, México ?que de 1960 a 2006 ha adquirido 480 mil toneladas de esta fibra? permite también la manufactura de impermeabilizantes, sellos, balatas y empaques a más de 181 empresas, entre las que se encuentran Techno Eterno Eureka S.A de C.V, Asbestos de México, Mexalit y Asbestos de Guadalajara.

México es el país ideal para que estas empresas operen gracias a “la flexibilidad regulatoria, ambiental y ocupacional; a la escasa legislación en materia de seguridad e higiene y su nula verificación; al desempleo y mano de obra barata; a los incentivos fiscales a estas empresas y a la gran falta de profesionales de salud ambiental, ocupacional e investigadores en esta área”, denuncia Guadalupe Aguilar.

Por su parte, el doctor Francisco Franco Trujillo, director del Instituto Mexicano de Fibroindustrias A.C,  en contraparte con lo expuesto por la investigadora, precisa que se ha demostrado “la baja toxicidad del crisotilo, y esto es debido a la biopersistencia, es decir, el tiempo que persiste el crisotilo en el tejido pulmonar, que es de máximo 12 días.

“Mientras que los otros tipos de asbesto, los anfíboles, persisten más de 400 días. Por razón natural, el permanecer mayor tiempo un cuerpo extraño en el organismo produce mayor daño, a diferencia del que sólo permanece 12 días. Esto es debido a su estructura química que es diferente a la de los anfíboles. Esa diferenciación no la han querido aceptar los detractores del asbesto, por motivos que desconozco”, señala Trujillo.

En este sentido, Aguilar Madrid aclara que el crisotilo no puede ser de baja toxicidad ya que “la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), que depende de la Organización Mundial de la Salud, ha consignado con toda claridad que cualquier tipo de asbesto está en la clasificación 1A, es decir, en la de materiales cancerígenos en humanos”.

Trujillo opina que estas declaraciones son un engaño; invita a revisar el libro escrito por Christopher Booker y Richard North, Sacared to death: From BSE to Global Warming, donde se desmenuzan los grandes “fraudes” que se han llevado cabo en la historia de la humanidad a partir de la explotación del miedo. Uno de los capítulos es ocupado por el asbesto. No obstante, cabe destacar que ninguno de los autores es doctor o investigador clínico que tengan respaldo de alguna institución sanitaria que avale lo que se afirma en este documento.

Las declaraciones en defensa del asbesto “son falacias que no se pueden sostener científicamente. En cambio, todos los datos sobre muertes por mesotelioma, incidencia y comportamiento de la enfermedad se han sustentado en datos de la IARC”, dice Aguilar Madrid.

Y continúa: “Detrás de su postura (a favor del asbesto), hay una defensa a ultranza de los intereses económicos de las industrias mineras canadienses, del asbesto y de los industriales del asbesto en México, a costa de la salud y la vida de miles de mexicanos expuestos a esta fibra cancerígena”.

El ir y venir de los argumentos de quienes defienden y descalifican al asbesto ha sido intenso durante décadas; pero el tema no es un asunto que se quede sólo en controversias añejas. En la actualidad, se realizan investigaciones que arrojan nuevas perspectivas y despejan o afirman las interrogantes respecto a esta polémica.

Tal es el caso del estudio que El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y el Servicio Internacional de Noticias de la BBC dieron a conocer a finales de julio de este año, donde se informa que la industria del asbesto ha invertido más de 100 millones de dólares en cabildeo y en relaciones públicas que refuercen el comercio del asbesto. Asimismo indica que más de 1 millón de muertes pueden ocurrir por el comercio del amianto de aquí a 2030.

El doctor Vincent Cogliano, integrante del IARC, es tajante en su opinión sobre el polémico material: “Los riesgos son extremadamente altos. Los asbestos son tan riesgosos como cualquier otro cancerígeno que nosotros hayamos visto, excepto, claro, por el tabaco.”

Y afirma que “cualquier exposición prolongará la epidemia del asbesto; continuar la exportación y el uso del crisolito incrementará la incidencia del cáncer del pulmón y el mesotelioma por muchas décadas”.

Desde 2001, los vecinos de la delegación Iztapalapa están envueltos en una controversia contra la fábrica de balatas American Roll S.A de C.V, presunta responsable de la muerte de cuatro personas a causa del asbesto. Las autoridades federales han desechado todas las demandas contra American Roll, empresa que tiene una producción anual de 133 mil 170 balatas hechas con este material.

MÁS DATOS

-El costo por tratamiento a un paciente con mesotelioma es de 200 mil pesos.

-Los tratamientos sólo son paliativos porque no hay cura para este mal.

-De acuerdo a datos del INER, se vuelve una enfermedad cada vez más común.

-El mayor riesgo es el laboral.

-Otros cánceres asociados al asbesto son el peritoneal, pericardio y de ovario.

-La sobrevida por mesotelioma es de un año con tratamiento y de cuatro a seis meses sin él.


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