Las escuelas no pueden discriminar a los estudiantes por motivos de raza, religión, cultura, género o sexualidad, por lo que las clases deben ser más diversas.
Esto a menudo es percibido como un beneficio para todos los alumnos. Sin embargo, la diversidad en las aulas también puede plantear varias cuestiones desafiantes y crear barreras culturales o desventajas en el proceso de aprendizaje.
Los estudiantes que aprenden en un salón de clases diverso están expuestos a una variedad de culturas, orígenes étnicos, religiones e incluso orientación sexual. Esto puede ser una experiencia de aprendizaje en sí misma, puesto que les proporciona la oportunidad de integrarse y conocer mejor otras culturas.
Puede ser positiva o negativa la aceptación
Los alumnos pueden sentirse incómodos inicialmente cuando se enfrentan diariamente con un alumnado diverso.
Sin embargo, esta incomodidad a menudo pasa con el tiempo y ellos aprenden a trabajar en un aula con distintos alumnos, ayudándoles a ser más tolerantes, comprensivos y a aceptar a otros estudiantes a pesar de sus diferencias.
Cuando los estudiantes se afrontan a una enseñanza que está muy centrada en una cultura extranjera, pueden perder su propio sentido de identidad cultural o sentirse aislados de su ambiente de aprendizaje, ya que no está relacionado con ellos.
Lengua e identidad cultural
Los estudiantes que se enfrentan a un aula de clase multicultural diariamente están aprendiendo acerca de las diferentes culturas consecutivamente.
Los estudiantes curiosos pueden hacer preguntas a otros estudiantes acerca de su religión u origen, y pueden ser alentados a aprender otro idioma que les interese.
Las lecciones a menudo tratan de grabar la cultura de los alumnos en cada oportunidad que se da.
Sin embargo, si los alumnos de otro país son instruidos en otra sociedad o lenguaje, los temas podrían no referirse a ellos en absoluto, específicamente en asignaturas como la historia o estudios sociales que se centran principalmente en el país que imparte la materia.